10 Años de Historia


Aquí estoy, nuevamente tras mi teclado, esta vez para contarles un poco de mi historia, de cómo llegué al maquillaje y cómo este sueño se convirtió en mi actual profesión.

Desde chica siempre tuve este “crush” con todo lo referente al maquillaje y peinado, era capaz de reproducir cualquier maquillaje que veía en las revistas con mi maleta roja Pupa y algunos productos Pamela Grant… Todas mis amigas confiaron y pasaron por mis, según yo, “expertas manos”; a algunas les saqué por primera vez las cejas, a otras las maquillé para esas fiestas que iban con los pinches de turno, e incluso las más osadas me pasaron sus cabezas dejándome experimentar con los cortes de moda… bien o mal en su momento aún hoy en día nos seguimos hablando, por lo que claramente era el principio de algo.

A modo de anécdota, les cuento las palabras de mi querido padre cuando le dije el año 98 que me quería dedicar a ser maquilladora y peluquera… con cara de espanto y con su acostumbrado tono solemne me dijo: “primero titúlese de una carrera de verdad y si quiere después puede vender paltas”.  Esa frase me quedó grabada con fuego, por lo que testarudamente demostré que podía sacar una carrera tradicional como Arquitectura en la Universidad de Chile.

Título en mano, decidí ser honesta conmigo misma, jugármela por mi verdadera pasión y darle una oportunidad al maquillaje y peinado, así que volví a asumir el rol de estudiante para luego lanzarme a probar suerte y ver hasta dónde llegaría con mi aventura… sin darme cuenta, aquí estoy 10 años después contándoles mi historia.

No ha sido un camino fácil para nada, es un rubro duro, competitivo y subjetivo, pero como en todo, si eres lo suficientemente tozuda, comprometida, responsable, cuentas con una cuota de suerte y además con el apoyo de quienes están a tu lado, creo que uno puede encontrar su espacio, donde sentirse plena con lo que hace.

Hasta ahora no me he arrepentido de dejar stand by mi carrera, incluso creo que fue una de las mejores decisiones de mi vida, enfocar mi trabajo y toda mi energía en algo que me llena completamente no tiene precio, tanto es así, que incluso se ha visto reflejado en mi vida personal. Trabajar para vivir y no vivir para trabajar, es algo que aprendí en estos años con esta pega.

Hoy con algo de experiencia en el mundo del maquillaje, me doy cuenta que no basta solamente con perseguir un sueño y mucho sacrificio, sino que además como parte de todo proceso creativo, debo mantener la búsqueda constante por reinventar mi trabajo y generar nuevos proyectos, búsqueda que marca esta nueva etapa que quiero compartir con ustedes, la cual enfrento recargada, llena de nuevos propósitos, repleta de experiencias de vida y con las puertas abiertas a escuchar sus inquietudes, ideas y propuestas.

¡Los invito a ser parte de esta apuesta, mi nuevo proyecto!


Bea

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